sábado, 29 de julio de 2017
jueves, 6 de julio de 2017
El cuento de los caminantes
El cuento de los caminantes
Bach escribió un cuento que podemos verlo recopilado en sus escritos donde nos señala cómo este proceso de auto-conciencia es un camino que recorremos y como los profesionales que nos dedicamos a la ayuda nos ofrecemos para acompañar los trechos que ya hemos recorrido:
Erase una vez hace ya mucho tiempo que dieciséis caminantes se dispusieron a hacer un viaje a través del bosque.
Al principio iba todo bien, pero después de que hubieran recorrido un buen trayecto comenzó uno de ellos, la Agrimony, a preocuparse de si habían escogido el camino correcto o no.
Más tarde, después de comer, cuando iba oscureciendo cada vez más, el Mimulus tuvo miedo de que hubieran perdido el camino.
Cuando se puso el sol y la oscuridad era cada vez mayor, comenzando ya a oírse los ruidos nocturnos del bosque, tuvo el Rock Rose miedo y fue presa del pánico.
En medio de la noche, cuando todo se había vuelto totalmente oscuro, el Gorse perdió todas sus esperanzas y dijo: “No puedo seguir. Continuad vosotros, yo prefiero quedarme aquí, donde estoy hasta que la muerte me libere de mi padecimiento."
Por otra parte, el Oak, aun habiendo perdido todas las esperanzas y creyendo no volver a ver más la luz del sol, manifestó: “Lucharé hasta el último momento”, y continuó luchando denodadamente.
El Scleranthus poseía todavía una ligera esperanza pero, a veces, era presa de una inseguridad e indecisión tan grande que en un momento quería tomar un camino y, al mismo tiempo también deseaba tomar otro diferente. La Clematis común caminaba despacio y pacientemente, sin preocuparse demasiado sobre si caería en el sueño eterno o lograría salir del bosque. A veces, la Gentian animaba un poco a los otros pero, en otras ocasiones, volvía a ser presa de la desesperación y de la depresión.
Los otros caminantes no tuvieron jamás miedo de no lograrlo y quisieron ayudar a su manera a sus acompañantes.
El Heather estaba totalmente seguro de conocer el camino y quiso que todos los demás le siguieran a él. A la achicoria no le preocupaba el final que pudiera tener esa excursión, pero sí el estado en que se encontraban sus acompañantes: si les dolían los pies, si estaban cansados o si tenían comida suficiente.
El Cerato no tenía especialmente una gran confianza en su capacidad de enjuiciamiento y quería probar cada camino para poder estar segura de no ir en la dirección falsa. La humilde y pequeña Centaury quería aligerar tanto la carga que estaba dispuesta a llevar el equipaje de los otros. Desgraciadamente, y por regla general, se suele llevar la carga de aquellos que se encuentran en la mejor situación para llevarla ellos mismos, ya que éstos son siempre los que más se quejan.
El Rock Water estaba totalmente entusiasmada por ayudar, pero deprimía un poco al grupo porque criticaba todo lo que ellos hacían mal y conocían el camino.
La Vervain también conocía el camino muy bien, aunque estaba un poco confusa y se explayó en detalles acerca de cuál era el único camino correcto que conducía fuera del bosque. También el Impatiens conocía muy bien el camino de regreso a casa, lo conocía tan bien que era muy impaciente con aquellos que caminaban más despacio que ella.
La Wáter Violet ya había recorrido el trayecto una vez y conocía el camino correcto, adoptando una actitud orgullosa y altanera porque los otros no lo conocían. Para ella, los otros eran inferiores.
Finalmente, todos lograron salir ilesos del bosque. Ahora viven como guías para todos aquellos caminantes que nunca han hecho ese viaje y, como conocen la oscuridad y el camino a través del bosque, acompañan a los caminantes en calidad de “valientes caballeros”. Cada uno de los 16 acompañantes aporta los ejemplos necesarios enseñando, al mismo tiempo y a su manera, la lección correspondiente que de ello se deriva.
Agrimony camina totalmente despreocupada y hace chistes sobre cualquier cosa. El Mimulus jaspeado ya no conoce el miedo. El Rock Rose mismo es un ejemplo de serenidad en la más plena oscuridad. El Gorse relata a los caminantes durante la noche los progresos que harán cuando el sol se levante de nuevo la mañana siguiente.
El Oak permanece inamovible en medio de la tormenta más fuerte.
Los ojos de la Clematis están radiantes de alegría al acercarse el final del viaje. Ya no hay dificultad o revés que pueda desanimar a la Gentian.
El Heather ha comprobado que cada caminante debe recorrer su propio camino y marchar tranquilamente por delante para mostrar que eso es posible. La Chicory, que siempre ha esperado poder tender una mano a aquel que lo necesita, lo hace ahora sólo cuando se lo piden y de forma sosegada.
La Cerato conoce perfectamente los estrechos senderos que no conducen a ninguna parte, y la centaura menor sigue buscando al más débil, que lleva la carga más pesada.
El Rock Water ha olvidado hacer reproches a los demás y ahora ocupa todo su tiempo en darles ánimos. La Vervain ya no echa sermones, sino que indica tranquilamente el camino. La Impatiens ya no conoce la prisa, sino que camina lentamente tras el último para mantener con él el ritmo. Y la Water Violet, más ángel que persona, roza como un cálido soplo de viento o un fabuloso rayo de sol a todo el grupo, bendiciendo a cada uno de ellos.
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https://www.saludterapia.com/articulos/a/2562-flores-de-bach-un-proceso-terapeutico.html#ixzz5EgWJDPvl
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